mayo 21, 2010

¡Estamos solos! ¿Qué hacemos?

La Bioética, los nuevos cuestionamientos de la especie Humana
Por Balbina Sordo Vilchis

“Vivir es nacer a cada instante”
―Erich Fromm

Esto se hizo evidente en la mente de todos cuando, terminada la Segunda Guerra Mundial, no sólo se contabilizaron las muertes y lugares destruidos, sino que se contempló con horror la existencia de los campos de concentración, donde se realizaba una matanza sistemática, experimentos médicos con cobayas humanas y en toda Alemania: eutanasia obligada desde el poder.
La moral, sostenida por toda la tradición humanista y judeo-cristiana, entró en una crisis como nunca antes se había presentado; la Cultura Occidental, que ya venía en decadencia, se derrumbó al presenciar cómo, uno de los países más civilizados del mundo, fue capaz de irse contra sus bases éticas y morales. La Ética, que es la ciencia que analiza la moral y que estaba fundamentada por el paradigma o modelo filosófico predominante, que ponía al hombre como el centro del Universo, como el sujeto de la moral, encaminada a brindarle justicia, seguridad, pierde los pilares en los que se sostenía.
En la posguerra comienzan a levantar los escombros y el Tribunal de Nuremberg, encargado de juzgar los crímenes cometidos “contra la Humanidad”, también se preocupa de reglamentar el uso de experimentos científicos. En los sesenta comienzan a aparecer otros signos de la decadencia de la civilización: El Club de Roma (105 científicos y políticos de 30 países hacen un estudio, en 1968) anuncia los graves cambios en el Planeta, resultado de acciones humanas, y recomienda una regulación de los recursos; desde 1963 comienza a evidenciarse la crisis del petróleo. A principio de los setenta truena el sistema de Seguros y en E.U. Viene la “explosión de costos sanitarios”, lo que lleva a la carencia de asistencia (lo mismo que ha estado pasando con el IMSS en México) y sigue el problema de la sobrepoblación.

Todo lo anterior derrumba la creencia de que éramos el centro, de que todo nos lo había dado Dios para nuestro provecho y que Él a la vez se hacía cargo de nosotros como proveedor eterno: que nunca nos pasaría nada ni se acabaría el mundo, pues Él iba permitiendo y resolviendo todo a la vez. ¿Qué tan irresponsables nos ha hecho ese “providencialismo” predicado por las religiones hacia el uso de los recursos naturales? Demasiado tarde, nos damos cuenta de que estamos solos. ¿Qué hacer? Tenemos que solucionar los problemas que hemos causado, los estragos que hemos hecho a la Naturaleza. Tenemos toda una serie de ideas, lineamientos qué seguir. La Ética tradicional representada por Kant maneja el principio: “No hagas a otro lo que no quieras para ti”, la universalización: “Actúa de tal modo que tu acción se pueda convertir en ley”, “Si es humano, es respetable”, pero, ¿Qué es ser humano? ¿Qué es ser Normal? ¿Qué es estar en el límite? Y los animales? ¿Y el servirnos también de los hombres como objetos?. Cómo hay que respetarnos? ¿Quién va a decidir? La Moral y la Ética tradicional se sostenían en una excesiva confianza en la autoridad pública, que ha demostrando no ser confiable.
Con la Ética tradicional se ha caído en la incoherencia lógica, tanto en la vida diaria como en la formulación ante las situaciones concretas de la vida humana; ejemplo de esto es la actitud diferente ante la vida no-nata (rechazo tajante del aborto) y ante la vida nacida (justificación de la pena de muerte, de la guerra justa, etc.)

En 1970, el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter habla de la “ciencia de la supervivencia”, con temas relacionados con el aborto, la eutanasia y la manipulación genética, donde el punto era llegar a conquistar la Dignidad humana y la Calidad de vida. En 1972 surgen movimientos como “Ecología política”, “Eco feminismo” y “Ambientalismo”, al tiempo que varias voces profesionales piden principios de conducta humana de la vida, aplicada a la humana y no humana (animal) y no sólo en el ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida desde antes del nacimiento, hasta después de la muerte; como ejemplo tenemos la siguiente pregunta: ¿tienen derechos las futuras generaciones? ¿Les pertenecen también nuestros recursos?
Así nace la Bioética, término que acuñó en 1927 Fritz Jahr, alemán, pastor protestante, filósofo, educador: Bio-Ethik. Esta nueva Etica va a tratar de llegar a donde la tradicional no se atrevía y también a salirse del campo exclusivo de las religiones, de los políticos, de los médicos, que eran los que habían manejado la tradicional. Ahora se habla de trabajar en equipos interdisciplinarios, de formar comités éticos con diferentes especialistas.

También se propone un nuevo método, ya no solamente el lógico filosófico, sino uno inductivo que primero tome en cuenta la realidad, el estudio de casos y de ahí utilizando fundamentaciones científicas, filosóficas, se llegue a soluciones, veredictos. Se crea un nuevo rol social, profesional: el del Bioeticista.
Algunos principios de la Bioética: “La Naturaleza no es Intocable”, con esto se ha superado la idea de Ley Natural, pues se ha demostrado que hay evolución y se viene más bien la idea de la Ética de la Responsabilidad. Además, ante la Globalización, término acuñado en 1990, se requiere de una diversificación, un “Debate Transcultural” y de respeto a la diversidad y a la libertad de conciencia: “No hay un solo ideal de vida buena:” respetar a los demás, deliberar, dialogar. De hecho, la tolerancia es una conquista que el hombre ha ido logrando en diferentes etapas de la Historia, y en esta sociedad pluralista debe haber AUTONOMÍA entre la Ética y la Religión. La razón debe adecuarse a la realidad y es difícil lograrlo completamente. Hay que seguir dando pasos y se requiere de trabajar en el campo de lo Individual, lo Colectivo y la Naturaleza: PENSAR DEBERES.

En cuanto al Hombre, el problema de fondo, el Ontológico, es la determinación de Ser Humano, de su condición humana, que no es autosuficiente: se puede dejar de ser Ser Humano, sin dejar de ser Ser Vivo. Hay un proceso de formación en la corteza cerebral en que se va naciendo y también hay varias muertes en la suficiencia nerviosa. No hay personalidad sin sustantividad, porque no hay suficiencia constitucional. Tenemos deberes: con el embrión y con la salida de la vida. ¿qué debemos hacer? Los “Deberes Perfectos, como la Justicia son en realidad imperfectos en cuanto a que no generan en el otro el derecho a la beneficencia.
Para la bioética, un aspecto importante a debatir es el de la Eutanasia, que significa etimológicamente “buen morir”; actualmente: acción u omisión que permite, acelera o provoca la muerte de un paciente terminal o de un recién nacido con graves malformaciones, para evitar sus sufrimientos. La eutanasia implica la intervención de un agente distinto del enfermo y que se realice por el bien de este, movido por la compasión.
Esto implica el derecho e todo hombre para decidir libremente sobre su cuerpo, que es el Principio de Autonomía, por el que se ha estado luchando en estos movimientos: si debo morir debo poder hacerlo como y cuando quiera; esta petición es más fuerte en países anglosajones, por su herencia liberal y protestante. El suicidio, anteriormente estigmatizado, es aceptado como una realidad y para muchos, como un auténtico derecho; y debe ser un derecho ciudadano exigible a la medicina ―así como el del aborto― ante la enfermedad incurable, el dolor físico y psíquico y el dominio de la soledad en el moribundo.

Existen varias instancias en las que se puede realizar la eutanasia:
a) en la que no es la intención inicial producir la muerte, sino la de aliviar, pero durante la que se acelera el proceso de la muerte. Esta instancia no implica problemas éticos.
b) Consiste en definir en forma acertada el límite del acto terapéutico y la inutilidad de prolongarlo y así la muerte aparece en forma natural.
c) Retirando las medidas de apoyo necesario para mantener la vida con consentimiento del paciente, o utilizando dosis de fármacos letales. Esta forma de eutanasia está despenalizada en algunos países.
d) Sin consentimiento del paciente, es decir, involuntariamente. Esta forma de eutanasia no es aceptada a menos que el paciente sea un reo condenado a muerte.
e) Suicidio asistido, donde el paciente realiza las maniobras necesarias para provocar su muerte y el agente solamente lo asesora. Obviamente este caso es voluntario aunque aún no existe legislación que permita su realización en la mayor parte del mundo.
Peligros a la vista: si se generalizara la eutanasia, se podría utilizar como un medio de exterminio manejado desde el poder. También podría perderse la confianza en la mayoría en sus médicos. Y claro, aumentaría la posibilidad de enmascarar homicidios por intereses personales.

Antes de llegar al punto donde la eutanasia sea legalizada, debemos considerar una mejor forma de resolver los problemas, favorecer el desarrollo de la Ciencia, que evite el deterioro y el dolor; una mejor atención de clínicas y equipos médicos a los usuarios; una capacidad de responsabilidad y sacrificio en el cuidado de los enfermos por los familiares. Pensar en nuevos especialistas, como el tanatólogo, el psicólogo que acompaña y ayuda a mejorar la estabilidad emocional y el ánimo en los pacientes en este camino hacia su muerte.
¿Si yo ya no puedo decidir por mí, quién puede hacerlo?
¿Y si yo quiero irme antes de que se deteriore mi calidad de vida...?
¿Y si yo ya no tengo calidad de vida y se está deteriorando la de los que me cuidan?
Éstas y otras cuestiones son las que deben ser analizadas en cada caso. Debe existir la forma de dar asesoría profesional personalizada para llegar a una solución, la más digna y menos destructiva para la persona y el grupo involucrado.
Finalmente, hay que cuestionarnos lo siguiente como individuos y como miembros de un grupo social:
¿Qué va a ser de mí?
¿Qué voy a hacer por mí?
¿Qué vamos a hacer por todos?

Bibliografía:
Elizari Basterra, Francisco Javier: Bioética. Ed. Paulinas (Madrid, 1991)
Núñez de Castro, Ignacio: La Bioética, un camino para el presente. SUJ (México, 2008)
Pérez, Manuel: Bioética, fundamentos y dimensión practica. Ed. Mediterráneo (Buenos Aires, 2004)
Tealdi, Juan Carlos: Diccionario Latinoamericano de Bioética. U.N.C. (Colombia, 2008)
Vidal Marciano: Para conocer la Ética Cristiana. Apuntes del Seminario del Dr. Diego Gracia Guillén (ITESO, Guadalajara, 1998)

4 comentarios:

  1. entonces????? el hombre no ha podido dirigir su paso y no lo podra hacer jamas por que tenemos limitaciones, entonces????

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  2. o tenemos limitaciones pero si sabemos que todo depende de nosotros, no es hora ya de ponernos a pensar y a actuar?

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  3. Pienso que en este tema se muestran situaciones diametralmente opuestas, por un lado la muerte asistida y por otro quién tomará la iniciativa llegado el caso o el momento?...

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  4. La eutanasia es una rama del suicidio o del asesinato. La muerte no debe acelerarse ni prolongarse, debemos esperar a que llegue, así nomás naturalmente

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